miércoles, 28 de enero de 2009

El santo coleóptero

Es improbable que usted muera hoy atropellado por un autobús. Por lo tanto deje de preocuparse por el color del semáforo, cruce la calle tranquilamente y disfrute el paseo. Probablemente lo que acaba de leer le parezca una solemne estupidez. A mí también, qué quiere que le diga, no siempre amanece uno con la inspiración puesta. Probablemente esa estupidez no sea mayor que la que pueda llegar a leer estos días si va caminando. Aun así, procure hacerlo con precaución… por si las moscas. Algunos autobuses tienen mala leche.

Usted disculpe, pero no entiendo ni jota. Y desde luego acierta: me parece una solemne estupidez, incluso una majadería con ventanas a la calle. En otras palabras: o yo soy estúpido o su forma de discurrir es un poco estúpida, pero una de dos. ¿Qué tiene que ver Dios con los autobuses? Dios es, digamos, como mucho una “hipótesis de trabajo”. Los autobuses son una realidad bastante voluminosa: yo mismo suelo montarme en el 147. ¿No ve la diferencia? De la existencia de Dios no hay prueba alguna, es una simple conjetura o, como decimos en el barrio: eso… ¡pa’ quien se lo quiera creer! Igual podría existir Dios que el célebre escarabajo estercolero que desde Manoteras rige implacable nuestros destinos y sostiene el firmamento con una de sus patas. Que los autobuses existen, en cambio, está comprobado.

Así las cosas, cruzar con el semáforo en rojo constituye un peligro real, puesto que existen autobuses reales. En cambio, no estar bautizados o comulgar sin gluten no tiene que preocuparnos lo más mínimo, no constituye un peligro real, puesto que no tenemos ninguna prueba de que Dios exista.

Si alguien me dice: no cruces las vías del tren sin mirar, que te puede arrollar un mercancías, pensaré que es una persona que se preocupa por mí. Si otro me dice: cuando vayas por Manoteras, tienes que ir siempre descalzo y mirando al suelo con prismáticos, no vaya a ser que, sin querer, pises al divino escarabajo que en el sagrado estiércol de aquel populoso barrio tiene su morada y alimento, y que desde allí rige nuestros destinos, porque si lo pisas, ¡catapún!, se acabó el universo entero, tío, de golpe y porrazo: ¡tal y como te lo estoy contando, tío! ¿Qué debo pensar? Sin duda, que dicha persona, aunque bien intencionada, está para que la encierren. Como no creo que usted esté como una regadera, imagino que su carta es irónica; y yo, duro de mollera.

Carta con respuesta, de Rafael Reig.

viernes, 16 de enero de 2009

El disco de la quincena #3- Jethro Tull-Catfish rising




¿Quién no conoce a Jethro Tull y al inmortal Ian Anderson? 40 años de actividad han dado para muchísimo y es evidente que su época inicial dejó una cosecha de impresionantes discos (This was, Stand up, Aqualung, Thick as a brick...), a pesar de la evolución que sufría el grupo, marcada desde siempre por cierta inestabilidad de sus componentes pero sin renunciar a sus raíces folk tan características. La época de mayor cambio y altibajos se produjo tal vez a partir de Stormwatch (un buen título) Los críticos coinciden en señalar los primeros años de los 80´s como los mas flojos de su carrera, personalmente es la etapa que menos conozco, así que me abstengo de hacer valoraciones personales. No obstante es difícil superar al fallido Dot Com, que sin duda es una mancha en una carrera musical tan alucinante.
Hoy reivindico un título del 91, algo olvidado por los fans y la crítica, muy injustamente he de añadir. Catfish rising hace auténtico honor a su título, básicamente porque supuso el renacer de un sonido nuevo de Jethro tull, ligeramente más endurecido que anteriores trabajos, con lo cual podríamos catalogarlo tranquilamente como hard rock con tintes folk (como no). No obstante es un trabajo que recoge influencias de bastantes géneros diferentes.
La primera vez que lo escuché me sentí algo sorprendido por el año de lanzamiento, tanto su sonido como su producción hacen pensar que es un título de los 80, y nada más lejos de la realidad.



Tal y como he reseñado el cd es bastante variado: abre con This is not love, un tema bastante hard rock con unos teclados que acompañan con aires setenteros (que a mi siempre me evoca a Deep Purple); Ocassional demons es de similares características al anterior: acordes con quintas en guitarra y solo a mitad de tema, bajo potente y reducido protagonismo de la flauta travesera (salvando el solo que se marca Anderson a final de tema); Roll yer own y Rocks on the road introducen más elementos folk (mandolinas) reduciendo la importancia de la guitarra y dando pie a lineas de bajo más profundas, el estilo del rock más clásico aunque también he de decir que la composición de rocks on the road está algo influenciada por el southern rock; Sparrow On The Schoolyard Wall empieza con una delicada intro de flauta aunque luego se revela como un tema de sonido puramente clásico; Thinking round corners destila simpatía y desenfado, un tema genial (de nuevo abunda el slide de guitarra que confiere cierto bagaje sureño); Still loving you tonight es la balada que no podía faltar en un disco así, cuidado, no es ninguna pastelada, hay unas líneas compositivas realmente interesantes; Doctor to my disease vuelve a la tónica de la entrada de Catfish rising, genial; Like a tall thin girl homononimamente similar a Roll yer own, White innocence es el tema en que más se deja volar la creatividad, en sus 7 minutos condensa unos pasajes hard rock,un interludio acústico realmente impresionante (que de hecho parece de otro título) y otro pequeño pasaje de piano, totalmente excelso; Sleeping with the dog es un blues totalmente divertido; Gold-Tipped Boots, Black Jacket And Tie es similar a thinking round corners e igual de genial; When Jesus came to play es el cierre del disco, sosegado y de nuevo acaparando protagonismo el bajo.


Conclusión: gran disco, recomendable para cualquiera. Su gran cantidad de influencias y el incuestionable carisma de Ian Anderson junto con su abrumador talento harán que guste a los más proclives al género y a los que no lo sean. Los fans que aún no lo conozcan deben descubrir obligatoriamente esta faceta de Jethro Tull .


Link:http://rapidshare.com/files/105970981/1991_-_Catfish_Rising.rar
Pass: bunalti.com

martes, 13 de enero de 2009

De viaje con el Circo Volador

Jueves por la noche. Tras una copiosa cena y la nula voluntad de hacer nada intelectualmente intenso (como abrir una nevera) decido tumbarme en el sofá, hasta el punto que llega a asimilarme parcialmente. Empiezo a pulsar compulsivamente los botones del mando, tostadora según algunos, con la vana esperanza de ver algún contenido de interés. Cuando estoy a punto de abandonar toda esperanza encuentro que en el canal 33 (tele catalana)hay un rostro que me es extrañamente familiar, como si estuviera grabado en piedra en algún recoveco olvidado de mi memoria. Tras un segundo de rápido análisis me cercioro con un grito ahogado de quien es la citada cara: se trata de Michael Palin, uno de los miembros de los míticos (ex) Monty Python que está...¿viendo un concierto de rap en algún lugar de la geografía africana?
"No puede ser", reflexiono, para acto después cambiar de opinión tras un plano frontal. Sí, era él.



Una vez acabó (snif) la historia de los Pythons, la BBC, famosa por tener como directivos a unos pingüinos, le ofreció la posibilidad de grabar una serie de documentales en una odisea que abarcaba todo el globo. Dicho y hecho.
Resulta que el capítulo que vi correspondía con la serie "Sahara", en la que nuestro héroe viaja por países como Marruecos, Argelia, Mauritania, El Sáhara, Mali... recopilando historias de los pueblos de la zona con un destino: Timbuktú, ciudad de Níger, no sin antes pasar por multitud de vivencias en semejante periplo.



Aunque pudiere parecer una sucesión de situaciones banales aderezada con algo de ironía, todo lo contrario,Michael viaja en el papel de un aventurero, un ciudadano cualquiera que mochila en mano se lanza a la aventura, pero con un respeto absoluto hacia la cultura y la gentes locales, interesándose por ellos (hablando como Unamuno, la intrahistoria de esos lugares), sus costumbres, gastronomía...Aunque cierto es que afronta con humor las adversidades del viaje.
Dicho esto no resulta de extrañar que nos encontremos con situaciones como la que vive en la localidad de Mopti. Parece ser que para viajar hasta Timbuktu hay que remontar una parte del río Niger en barco. Si el caudal del río es insuficiente las grandes embarcaciones no pueden atravesarlo. Dado que esperar tres meses en la zona es un auténtico "imprevisto", Palin decide viajar en una pequeña y rudimentaria embarcación que junto con otras tantas forma una suerte de flota. Evidentemente acaban por encallar en el fango.
Ayer tuve la magnífica oportunidad de ver una mini serie de documentales sobre viajes en el archiconocido canal National Geographic. Precisamente trataba sobre un viaje con una tribu Tuareg, que geográficamente me sirvió para establecer comparaciones con este mismo. Francamente, me reafirmé en mi primera impresión: la serie Sáhara destila cercanía y, sin ánimo de desmerecer a ninguna otra, honestidad y sana curiosidad. He de reconocer, no obstante, que no estoy versado en la cultura de la zona, ni soy conocedor de toda la documentación gráfica existente. Lo que salta a la vista es que hablamos de algo que se sale de lo estándar.




En resumen, a mi me convenció sobremanera. Quizá sea por el carisma de su realizador o tal vez por cómo está grabado. Sea como fuere, procuraré seguir la serie. Algo es seguro, me alegra que aún exista algo interesante entre tanta telebazofia.

viernes, 2 de enero de 2009

¡Feliz 1984!

Pues eso. Que el Gran Hermano y el Partido Exterior sean buenos con vosotr@s